VISUALIZACIÓN
Y CURACIÓN
Hay evidencia
del uso de la imaginación en la medicina de la época aristotélica,
y los alquimistas descubrieron que la visualización era una
herramienta útil para modificar la realidad material del cuerpo.
Esos antiguos descubrimientos han sido corroborados por
investigaciones médicas recientes que apoyan la noción de que la
visualización produce efectos sobre nuestro organismo.
Jeanne
Achterberg se refiere a algunos estudios que han demostrado:
1) Aumento de la frecuencia cardiaca imaginando que estamos
corriendo;
2)
alteración del tamaño de la pupila, de acuerdo con la imagen que se
esté visualizando;
3)
notables cambios fisiológicos en los aparatos genitales masculino y
femenino como resultado de la visualización de contenido sexual;
4)
cambios en la frecuencia cardiaca, la tensión muscular y la
resistencia de la piel ante imágenes de estímulos nocivos;
5)
formación de ampollas y cambios cuantificables en la glucosa sanguínea
y en la actividad gastrointestinal, según los diversos usos de la
visualización; y
6) capacidad de la imagen para controlar diversos
aspectos del sistema inmunológico.
Los
resultados fisiológicos de imaginar una escena placentera y no
amenazante son disminución de la presión sanguínea y del ritmo
cardiaco, y recuperación del equilibrio homeostático que mantiene el
bienestar del organismo. En cambio, cuando evocamos imágenes
intensamente negativos (como recordar una experiencia traumática de
la infancia), el corazón se acelera, aumenta la respuesta galvánica
de la piel, y la respiración se hace más rápida, al igual que los
movimientos oculares.
La evidencia
experimental obtenida recientemente sobre los efectos de la
visualización en el funcionamiento emocional y corporal ha
convencido a muchos médicos de avanzada de la conveniencia de
utilizar métodos psicológicos y de renovar las antiguas técnicas
terapéuticas de visualización.
El importante
cirujano Bernie Siegel describe un amplio enfoque para el
tratamiento de los pacientes con cáncer, que incluye relajación,
meditación, visualización e hipnosis. Como parte del programa de
tratamiento, el Dr. Siegel alienta a sus pacientes a visualizar
una respuesta activa de sus células sanguíneas blancas y T, frente a
las células cancerosas descontroladas e invasivas. El Dr. Siegel afirma
que la visualización aprovecha una peculiaridad del cuerpo humano:
éste no puede distinguir entre una imagen vívida y una experiencia física
real.
A diferencia
de estos usos positivos de la imaginación, es bien sabido que en
los estados de ansiedad surgen representaciones mentales negativas,
y tanto las imágenes como los pensamientos negativos conducen a
menudo a la misma disfunción que tememos.
Cuando
nuestro objetivo es afrontar la vida con entereza, debemos pensar
positivamente y encontrarle a la imaginación usos positivos que
faciliten el logro de nuestras metas y nuestros deseos. Cuando
utilizamos la imaginación para combatir las dificultades cotidianas, adquirimos
la habilidad de modificar los sentimientos innecesarios de impotencia
y pasividad que con tanta frecuencia nos mantienen en la apatía.
Generalmente
esos sentimientos negativos se originan en la autocrítica, y
conducen al deterioro de la autoestima. Las imágenes relacionadas
con alguna clase de pérdida normalmente nos producen tristeza y una
sensación de vacío. Otros sentimientos perturbadores, como la
ansiedad, surgen cuando imaginamos pérdidas reales o potenciales.
No es exagerado insistir en que nuestros sentimientos y acciones
guardan una estrecha relación con lo que IMAGINAMOS que es
verdad acerca de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. Uno de los
principios fundamentales de la psicología cognitiva es que las
expectativas desempeñan un importante papel en los procesos internos.
Tanto nuestras acciones como nuestros sentimientos dependen de lo que
imaginamos que puede suceder en el futuro.
VISUALIZACIÓN
Y AUTOHIPNOSIS
La hipnosis
depende en gran medida de la visualización para ejercer su influencia
sobre la mente inconsciente. Milton H. Erikson fue un genio
creativo que, mientras se enseñaba a sí mismo a moverse y a caminar
de nuevo tras un ataque de poliomielitis, estudió las sutiles
relaciones que existen entre las imágenes y las posibilidades de
crecimiento personal. Desarrolló sus habilidades, y encontró que,
además de ser un agudo observador, tenía la capacidad de evocar
espontáneamente imágenes como medio para cambiar él y otras
personas. Después de convertirse en un reconocido terapeuta,
describió la hipnosis como la comunicación de ideas en forma tal que
aumente al máximo la receptividad de la persona a quien va dirigida. El
objetivo era motivar profundamente al individuo para que encontrara
las potencialidades de su propio cuerpo, y así llevarlo a controlar
las respuestas psicológicas y fisiológicas.
El punto
importante es que el paciente hace su propia exploración de los
procesos psicosomáticos. El individuo hipnotizado es, al fin y al
cabo, quien encuentra la solución del problema. El terapeuta
es una guía para ayudarle a entrar en el reino del inconsciente, a
fin de que pueda identificar y movilizar nuevos recursos de
afrontamiento.
LOS SUEÑOS:
VENTANA AL INCONSCIENTE
El mundo del
inconsciente tiene un carácter metafórico e imaginativo, en lugar de
verbal y concreto. El mundo familiar del consciente es conocido por
su discernimiento y su intencionalidad. La psique consciente está
bien adaptada para manejar los aspectos visibles, activos y materiales
del mundo. En cambio, la psique inconsciente parece ambigua, pues
al sintetizar y crear tonalidades combina a menudo cosas opuestas sin
llegar a ser contradictoria. En el ámbito del inconsciente, el
tiempo y el espacio no son unidimensionales, sino multidimensionales.
Pueden coexistir momentos diferentes, lo cual es imposible en el
tiempo real. El inconsciente no se ciñe a nuestra manera de entender
las relaciones causa-efecto, pues obedece leyes de contexto y de
simultaneidad diferentes.
También
sabemos que nuestra vida de vigilia y la de los sueños se pueden
compensar mutuamente. El célebre psicoanalista Carl Gustav Jung creía que la función compensatoria del inconsciente era de suma
importancia. Por ejemplo, cuando alguien alardea consciente de sus
propios éxitos, es decir, es una persona engreída, sueños en que se
ve caer le sirven para restaurar el equilibrio interno, pues lo
hacen volver a la realidad. Por otra parte, cuando nos sentimos
abatidos, con frecuencia el inconsciente produce sus sueños más
hermosos y sustentadores, y así influye positivamente en nuestro ánimo.
El
inconsciente también nos puede enviar mensajes de que necesitamos
corregir el rumbo de nuestra vida. Aprender a escuchar los
mensajes del inconsciente es muy útil para ayudarnos a enfrentar los
retos diarios. El mundo de los sueños, en apariencia misterioso, no
contrasta totalmente con el mundo objetivo de la cotidianidad, ni se
opone totalmente a él. Más bien, tanto la consciencia que tenemos
durante nuestras horas de vigilia como las experiencias de los sueños,
son componentes de una
unidad potencial cimentada en la cooperación intrapsíquica.
Encontrar esta unidad es lo que Jung llamó el camino de la individuación.
En medio de los cambios de nuestra vida diaria, empezamos a encontrar
nuestra individualidad y nuestra manera única y exclusiva de
desarrollar nuestros potenciales hasta donde lo permitan los límites
de nuestro destino.
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