INTELIGENCIA
EMOCIONAL
en
la Educación
ComunicaciÓn intelectual
y emocional
El hablar se emplea para una variedad de
propósitos como, por ejemplo, comunicar ideas, describir
sentimientos, razonar y argumentar. Las palabras empleadas dependerán
de la situación en que se encuentre una persona, su papel en esa
situación y lo que está intentando lograr. El tema o contenido del
habla puede variar en gran medida. Puede ser íntimo o impersonal,
sencillo o abstracto, informal o técnico. Algunos elementos verbales
que se han encontrado importantes en la conducta socialmente
habilidosa han sido, por ejemplo, las expresiones de atención
personal, los comentarios positivos, el hacer preguntas, los refuerzos
verbales, el empleo del humor, la variedad de los temas, las
expresiones en primera persona, etc.
La
competencia comunicativa se pone en marcha cuando un hablante, al
intentar establecer un diálogo con un oyente, pone en funcionamiento
todos o algunos de los distintos componentes de la comunicación (según Berruto 1974); como serían los siguientes:
1.-
La competencia lingüística, que es la producción e
interpretación de signos verbales; para esto requiere a su vez el
hablante de capacidad fonológica, sintáctica, semántica y
"textual".
2.-
La competencia para-lingüística, que es la capacidad de
modular algunas cualidades del significante. Los componentes para-lingüísticos
son el canal por excelencia para la manifestación de las emociones y
los sentimientos.
3.-
La competencia kinésica, es decir la capacidad de efectuar
comunicación mediante
ademanes y gestos corporales.
4.-
La competencia proxémica, que es la capacidad de manejar y
controlar tanto las
actitudes espaciales como las distancias personales durante el acto
del habla.
5.-
La competencia ejecutiva, que es la capacidad de actuar y usar
los actos, ya sean lingüísticos o no lingüísticos para lograr la
intención de la comunicación.
6.-
La competencia pragmática, que hace uso de los signos verbales
y no verbales según las circunstancias y las intenciones de los
hablantes.
7.- La competencia
sociocultural, que permite reconocer tanto las situaciones como
las relaciones sociales que aparecen durante el acto comunicativo; así
mismo, facilitar el atribuir significados y elementos distintivos de
determinadas formas culturales, presentes durante la comunicación.
COMPONENTES PARA-LINGÜISTICOS
Al
ser buena parte de los componentes para-lingüísticos el canal
habitual por el que se manifiestan las emociones -a veces en forma
conciente y muchas veces en forma inconciente- conviene detallar cada
uno de esos componentes.
El
volumen de la voz: La función más básica del volumen consiste
en hacer que un mensaje llegue hasta un oyente potencial. El volumen
alto de voz puede indicar seguridad y dominio. Sin embargo, hablar
demasiado alto (que sugiere agresividad, ira o tosquedad) puede tener
también consecuencias negativas - la gente podría marcharse o evitar
futuros encuentros -. Los cambios en el volumen de voz pueden
emplearse en una conversación para enfatizar puntos. Una voz que varía
poco de volumen no será muy interesante de escuchar.
La
entonación: La entonación sirve para comunicar sentimientos y
emociones. Unas palabras pueden expresar esperanza, afecto, sarcasmo,
ira, excitación o desinterés, dependiendo de la variación de la
entonación del que habla. Una escasa entonación, con un volumen
bajo, indica aburrimiento o tristeza. Un tono que no varía puede ser
aburrido o monótono. Se percibe a las personas como más dinámicas y
extrovertidas cuando cambian la entonación de sus voces a menudo
durante una conversación. Las variaciones en la entonación pueden
servir también para ceder la palabra. En general, una entonación que
sube es evaluada positivamente (es decir, como alegría); una entonación
que decae, negativamente (como tristeza); una nota fija, como neutral.
Muchas veces la entonación que se da a las palabras es más
importante que el mensaje verbal que se quiere transmitir.
La
fluidez: Las vacilaciones, falsos comienzos y repeticiones son
bastante normales en las conversaciones diarias. Sin embargo, las
perturbaciones excesivas del habla pueden causar una impresión de
inseguridad, incompetencia, poco interés o ansiedad. Demasiados períodos
de silencio podrían interpretarse negativamente, especialmente como
ansiedad, enfado o incluso, una señal de desprecio. Expresiones con
un exceso de palabras de relleno durante las pausas (por ejemplo, "ya sabes", "bueno") o
sonidos como "ah" y "eh" provocan percepciones de
ansiedad o aburrimiento. Otro tipo de perturbación incluye
repeticiones, tartamudeos, pronunciaciones erróneas, omisiones y
palabras sin sentido.
La
claridad: La claridad a la hora de hablar es importante. Si se habla arrastrando
las palabras, a borbotones, con un acento o vocalización excesivos,
uno se puede hacer más pesado a los demás.
La
velocidad: Hablar lentamente puede hacer que los demás se impacienten o se
aburran. Por el contrario, si se hace con demasiada rapidez, uno puede
no ser entendido.
El
tiempo de habla: Este elemento se refiere al tiempo que se mantiene hablando el
individuo. El tiempo de conversación de una persona puede ser problemático
por ambos extremos, es decir, tanto si apenas habla como si habla
demasiado. Lo más adecuado es un intercambio recíproco de información.
PROGRAMA DE INTELIGENCIA
EMOCIONAL EN LA EDUCACIÓN
Consultas:
[email protected]
|