Cuando
los padres se hacen llamar por sus nombres propios
Hay
veces en que uno de los cónyuges insiste en que los niños lo llamen
por su nombre.
El
rechazo por el rol de "papá" sugiere que, quizás, hubo serios
problemas con sus padres, en especial con su padre.
¿Fueron
rígidos con él, o reacios a demostrarle afecto?
¿Hubo
maltrato mental o físico?
¿Hubo
algún problema de alcoholismo en la familia?
¿Reemplazó
el hermano mayor la figura paterna?
Quizá
las palabras "Papá" y "Mamá" le trae recuerdos
dolorosos e ingratos.
Debe
comprender que el que su hijo lo llame "Juan" en lugar de "Papá"
es sólo una compensación, de ninguna forma una solución de los
problemas que tuvo con sus padres, y puede tener resultados
desastrosos para su propia relación con sus hijos.
La
suposición de que la denominación "mamá" o "papá" evita
una relación fluida entre padres e hijos, e interfiere una buena
comunicación, es un error que debe aprender a rectificar.
"Mamá"
y "Papá" son nombres que implican amor y respeto, mientras que
"Juan" y "Gabriela" no representan nada especial. Si un chico
llama a sus padres por sus respectivos nombres de pila, ello implica
una relación democrática. Esto está presente entre amigos, pero la
relación entre padres e hijos no es democrática.
"Mamá"
y "Papá" se asocian además, casi automáticamente, con
respuestas emotivas, como confianza, pertenencia, protección, y
resultan importantes, e incluso esenciales, para una relación
padres-hijos sana, que genere seguridad y autoestima en los hijos. |