ELOGIE
Y ESTABLEZCA PRIORIDADES
Como
humanos, estamos predispuestos para ser seres sociales. Nos
necesitamos los unos a los otros. Nos necesitamos para
satisfacer nuestras necesidades económicas colectivas y para
experimentar amor y compañerismo. También para enfrentarnos
a la vida cotidiana. Los bebés de los orfanatos no mueren a
causa de la falta de comida, cobijo o ropas, sino de la falta
de una voz que les hable, de caricias y de amor. Todo el mundo
precisa atención, contacto humano y relaciones afectivas. Nos
encontramos con que la búsqueda de relaciones afectivas y
atención positiva son primordiales motivadores de conducta,
en especial para los niños. Los progenitores se preguntan con
frecuencia : '¿Por qué hará eso para llamar la
atención? Ya paso con él una cantidad exorbitante de
tiempo, pero cuando tiene un problema toda la familia parece
girar en torno a él. '¿Cuánta atención necesita este niño?'
La
atención crea dependencia, no es sólo algo que sencillamente
nos gusta, como un postre. Tras una comida opípara y espléndida,
no importa cuán tentador sea el postre, uno llega a un punto
en que dice: 'Ya basta'.
Pero un niño rara vez dirá: '¿Sabes, mamá? Ya me has prestado bastante atención
por hoy. Voy a jugar tranquilamente y dejar que tú trabajes
un poco'.
No, la atención crea hábito en los niños, y éstos
están biológicamente diseñados para desear y apreciar la
atención hasta tal punto que nunca parecen tener suficiente.
Por supuesto, cuanta más atención negativa reciban, más
inseguros se tornarán, lo cual les llevará a tratar de
atraer aún más atención. Este ciclo puede convertirse en un
problema, porque la atención negativa no es ni mucho menos
tan satisfactoria como la positiva.
Es
posible que a los niños parezca no importarles qué clase de
atención reciben, positiva o negativa. Es por ello que un
progenitor puede gritar, sólo para descubrir que el niño no
interrumpe una conducta inapropiada o la repite al cabo de
poco tiempo. Con frecuencia los padres le preguntan al niño: "¿Por qué haces que te grite?". La respuesta tal vez
sea que el niño desea que usted le preste atención. Pero una
respuesta de mayor profundidad es que los niños carecen de
las aptitudes de la inteligencia emocional para obtener atención
positiva, o que la 'antena' de sus padres para la búsqueda
de atención positiva por parte de sus hijos quizá requiera
un pequeño reajuste de la inteligencia emocional.
MODOS
FAVORITOS EN QUE LOS PROGENITORES PRESTAN ATENCIÓN NEGATIVA A
SUS HIJOS:
Sermonear
Reprender
Gritar
LO
CUAL LLEVA A LOS NIÑOS A:
Hacer
caso omiso
Tararear
Salir corriendo o evitar a los padres
Hacer de nuevo aquello que atrajo una atención negativa
CÓMO
REAJUSTAR SU ANTENA PARA LA ATENCIÓN POSITIVA
La
atención negativa puede crear dependencia, y no creemos que
ningún padre desee fijar unas pautas según las que tenga que
gritar o darles la lata a sus hijos cada vez que pretenda que
hagan algo. Si tratan de entender los principios que
intervienen, los progenitores dispondrán de mayores opciones
a la hora de elegir modos de dominar una mala conducta.
No
es habitual que los padres se formen un concepto del elogio
como estrategia de control. Todos los padres elogian, pero
tienden a hacerlo como mera reacción; en otras
palabras, si casualmente se percatan de algo, como de un
'sobresaliente' en un examen, elogian. Algunos parecen
colmar de alabanzas como si tal cosa: 'Es
estupendo', 'qué maravilla', 'me siento orgulloso'.
Según nuestra experiencia, los padres subestiman el poder del
elogio. Le animamos a utilizar activamente la atención
positiva o el elogio. El motivo para ello es que los niños
esgrimirán conductas que aumenten la atención del progenitor
hacia ellos. El mejor modo de hacerlo es ofrecerle al niño
conductas específicas que él pueda identificar como formas
de obtener atención positiva por parte de usted. Seleccione y
concéntrese en esas conductas específicas que él pueda
identificar como formas de obtener atención positiva por
parte de usted. Seleccione y concéntrese en esas conductas
específicas y busque oportunidades para elogiar al niño
cuando se comporte según ellas. Resulta adecuado centrarse en
conductas sencillas tales como hablarle con amabilidad a un
hermano o poner los zapatos en su lugar correspondiente después
de quitárselos. La clave del asunto es: DÉJELE
BIEN CLARO A SU HIJO POR QUÉ CONDUCTA ESPECÍFICA LE ESTÁ
ELOGIANDO. Términos generales como 'estupendo' o
'bien', aunque estimulan, no ayudan a los niños a
imaginar qué le gustaría a usted verles hacer más a menudo. |