LA
IMPORTANCIA DE SER RARO
La
mayoría de los niños cree que tiene algo raro. Suelen llegar
a la conclusión de que son diferentes de los otros niños
cuando empiezan la escuela. Una vez que el niño se da cuenta
de que es raro, esto se convierte en un problema para él.
Algunos niños nacen raros, y otros se convierten en raros
debido a su educación. Les ocurren cosas tan extrañas e
impredecibles que si sus padres también son un poco raros,
podrán soportar mejor su propia rareza.
Con raro me refiero a un padre que es espontáneo. Un padre
que de repente hace lo contrario de lo que espera su hijo. Un
padre raro es aquel que no teme parecer tonto a los ojos de su
hijo ni ponerse a su propio nivel y "actuar como un crío".
Ser raro es otra forma de reforzar los lazos entre padres e
hijos. Los buenos padres establecen vínculos muy fuertes con
sus hijos, aunque para ello tengan que renunciar al control
absoluto.
Los padres raros tienden a respetar lo que les convierte en
raros. Puede tratarse de un talento, un interés o una actitud
por la que sienten pasión. Demuestran un compromiso con sus
ideas que va más allá de lo normal. La pasión que sienten
los padres por sus intereses es a menudo comunicada a sus
hijos, que aprenden que apasionarse por algo no sólo es
posible sino deseable. A una edad en que es raro adquirir
fuertes compromisos, aprender esta lección puede ayudar a
alguien a ser un hombre de éxito, porque los grandes logros
suelen ser el resultado de una entrega apasionada.
A
continuación les daremos algunas normas sobre cómo ser
raros:
· Hay que
encontrar tiempo para expresar pasión por algún interés en
particular.
· El
comportamiento de los padres no debe guiar el futuro del niño
tanto como la vida interior, las intenciones, deseos y
sentimientos de los padres.
· Hay que decir
o hacer cosas de vez en cuando que el niño no espera.
· Hay que pasar
mucho tiempo con los hijos a solas.
· Hay que hablar
con los hijos de cosas que interesen al padre, aunque aquellos
parezcan no entender de qué se está hablando.
· Hay que
defender sus ideas con fuerza pero no exija que los niños
tengan las mismas opiniones.
· No hay que
ridiculizar algo que su hijo se toma muy en serio.
· Hay que tener
alguna actividad creativa que su hijo le vea desempeñar.
· Hay que dejar
que sus hijos vean sus sentimientos. No tienen porqué ser
necesariamente positivos. La rabia, la indignación y la
confusión son emociones a las que su hijo debe aprender a
enfrentarse.
· Hay que
entender que el proceso de crecimiento es irregular, episódico
e incoherente. Ninguno de sus hijos tendrá un proceso de
desarrollo perfecto. No se preocupe. Cuando el padre se gusta
a sí mismo, los niños también acabarán gustándose antes o
después.
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