EDUCACIÓN REVOLUCIONARIA:
CONSEJOS DE OSHO
Filosofo
hindú contemporáneo
Obediencia
Los padres aman al hijo obediente. Y recuerda, el hijo obediente es casi
siempre el más estúpido. El hijo rebelde es el inteligente,
pero no es ni más respetado ni más amado.
Todo niño es envuelto por los padres, la sociedad, los profesores, los
sacerdotes y todos los intereses creados, envuelto en muchas
capas de condicionamiento. Se le da una cierta ideología
religiosa, él no la escoge. Y siempre que se obliga a alguien
sin que pueda elegir, estás mutilando a la persona, estás
destruyendo su inteligencia; no les estás dando la
oportunidad de escoger, no le estás permitiendo funcionar de
un modo inteligente, lo estás manipulando de tal manera que sólo
funcionará mecánicamente.
Un niño que no puede decir no, carece de integridad, y el sí de un niño
que no puede decir que no a algo, carece de significado. Su sí
sólo significa algo si el niño es además capaz de decir que
no. Entonces la decisión depende de su inteligencia.
Pero para los padres es más fácil que el niño diga siempre sí. Se le
recompensa por ser obediente. La situación es la misma en las
escuelas: los profesores quieres que sean obedientes;
es más fácil para ellos controlarlos, dominarlos.
Tienes que aprender a vivir con tus hijos momento a momento, permitiéndoles
toda la libertad posible en pequeñas cosas.
No hagan hincapié en la obediencia : déjales que escojan.
Simplemente explícales la situación completa.
No des órdenes categóricas.
Intimidad
El niño necesita intimidad
porque todo lo que es hermoso crece en la intimidad. Las raíces
crecen bajo tierra ; si las sacas de la tierra empiezan a
morir. Necesitan intimidad, total intimidad. El niño crece en
le vientre de la madre en la oscuridad, en soledad. Un niño
necesita mucha intimidad.
El niño tiene que estar continuamente en guardia porque está siendo
observado. Tu mismo te puedes dar cuenta : cuando te estás
dando un baño eres una persona totalmente diferente, el
cuarto de baño puedes dejar la máscara de lado. Estás sólo,
pero si de repente te das cuenta de que alguien te está
mirando por el agujero de la cerradura, sucederá un cambio
inmediato. Te pondrás serio, su cantas, te callarás, dejarás
de poner aras frente al espejo, empezarás a comportarte como
se supone que debes comportarte.
El niño necesita tanta intimidad como sea posible, pero estamos invadiéndolo
continuamente. Lo padres no dejamos de preguntarle : ¡Qué
estás haciendo ? ¡Qué está pasando? !Hasta lo
que piensas .
Los
padres solo deberíamos vigilar que no se hagan daño a sí
mismos o a alguien más ; eso es suficiente. Todo lo que
sobrepase esto estará de sobra.
La
relación entre los padres
Si el niño ve a sus padres enamorados, cuidándose mutuamente, con
respeto mutuo, habrá visto cómo ocurre el amor. Surge la
esperanza. Sabe que le puede suceder a él también.
Si no lo ha visto es más difícil que crea que le va a suceder a él.
En realidad va a hacer todo lo posible para evitar que le
ocurra de lo contrario sería una traición hacia los padres.
Esto es lo que he observado en las gentes : las mujeres
continúan diciendo en su subconciente : "Mira mamá,
estoy sufriendo tanto como vos sufriste." Los chicos continúan
diciéndose a sí mismos más tarde: "Papá. No te
preocupes; mi vida ha sido tan miserable como la tuya.
No te he superado. No te he traicionado. He sido una persona
tan miserable como lo fuiste tú. Cargo la cadena, la tradición.
Soy tu representante, papá, no te he traicionado. Mira, estoy
haciendo lo mismo que solías hacerle a mi madre, estoy haciéndoselo
a la madre de mis hijos. Y lo que tú solías hacerme a mi se
lo estoy haciendo a mis hijos. Estoy educándolos e la misma
manera que tú me educaste".
Cada generación que no observa sigue entregando su neurosis a las
nuevas personas que han venido a la tierra.
El
modelo familiar
Normalmente, todo lo que te hicieron tus padres se convierte en un
modelo grabado en ti. La única manera que conoces de estar
con tu ijo es lo que tu madre te ha hecho a ti. De modo que es
natural- no hay porque preocuparse-, pero está bien que seas
consciente de ello.
Y no trates de compensarlo. Haz lo mejor que puedas, y si no puedes
hacerlo mejor no te deprimas, sino tu depresión perjudicará
al niño.
Hazte consciente, eso es todo. Y cuando empieces a repetir algún viejo
patrón, relájate, ¡No lo hagas!
Sacrificio
En la generación anterior las madres solían pensar que estaban
haciendo un gran sacrificio por su hijos. Siempre estaban
demostrando que hacían esto y aquello. Eso fue perjudicial,
porque el amor no tiene que ser una obligación y no de debe
hablar de ello. Amas porque te sientes feliz. No le estás
haciendo nada al niño ; estás haciendo algo porque te
gusta hacerlo. El niño no te debe nada, no tiene que devolvértelo.
Te gusta ser madre y le debes estar agradecida al niño.
Pero la vieja generación no le estaba agradecida al niño. Siempre
esperaba que el niño estuviese agradecido, y cuando se deban
cuenta que no lo estaba, se sentían muy frustrados.
En
ocasiones es bueno enojarse
El niño y la niña tienen que aprender que su madre es un ser humano y
que también puede enfadarse. Y si te enfadas, el niño también
se sentirá libre de enfadarse. Si nunca te enfadas, el niño
se sentirá culpable. ¿Cómo enojarse con una madre tan dulce?
No seas sólo dulce, sé amarga a veces, a veces dulce, según
el humor que surja. Y deja que el niño se entere de que su
madre tiene sus propios humores y climas; ella es tan
ser humano como él.
Hay
veces en que las madres se enojan tanto con el niño que
sienten que ya no lo
quieren tanto.
Siempre que estés enfadado con él, ve a tu habitación y en vez de
enfadarte con él expresa tu rabia con un almohadón, golpéalo,
muérdelo. Pruébalo unas cuantas veces y te sorprenderás:
cambiará tu relación con el niño.
Si uno ama, entonces también se puede aceptar la rabia, porque tú la
compensarás: le amarás más después de la rabia, no
habrá ningún problema y el niño lo entenderá. Pero si no
lo amas y además está enfadado, es algo realmente
imperdonable.
Todo lo que necesitas es expresar la rabia. Se acumula en ti y él se ha
convertido en una excusa: no encuentras a nadie más
para echársela encima, de modo que se la hechas a él. Los niños
se convierten en chivos expiatorios porque están desvalidos.
Te podrías haber enfadado con tu marido o tu padre, pero
ellos no están desvalidos. Toda esa rabia se ha acumulado ;
ahora es canalizada hacia ese niño desvalido.
O sea que durante un mes; siempre que te enfades con él, golpea
un almohadón, lánzalo, muérdelo. En cinco minutos sentirás
que tu rabia ha desaparecido, y después de la rabia sentirás
que surge mucha compasión hacia el niño. Inténtalo durante
un mes y después será muy sencillo.
Las
diferencias entre el padre y la madre sobre cómo educar al
hijo
Si tu eres la madre, puedes dejarle hacer lo que quiera y tú haz lo
tuyo; no hay ningún problema. El niño los necesita a
los dos, porque así es la vida: si un niño sólo
recibe amor, sufrirá, si sólo recibe severidad, sufrirá.
Necesita ambos. Esa es la función de la madre y el padre :
la madre debe darle amor para que el niño sepa que el amor
existe, y el padre permanecer duro para que el niño sepa que
la vida no es fácil.
Están las espinas y las rosa, y el niño debe estar preparado para
ambas, para ambos aspectos: suavidad y severidad. No importe en qué situación se encuentre será capaz
de responder. Si la vida es dura, él también puede ser duro;
si la vida es amorosa, también puede ser amoroso; no
tendrá ninguna fijación.
Todo este abanico debe estar disponible en la conciencia del niño para
que pueda moverse con facilidad. Por eso ambos están bien.
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